Una pareja que esperaba a su primer bebé decidió construir un hogar que reflejara su estilo de vida y personalidad: un diseño Toscano, cálido y elegante.
El reto no fue solo levantar paredes, sino adaptar este estilo a las normas del clúster, creando un espacio armonioso y funcional.

Desde la cima de la casa, diseñamos su oficina personal, un lugar para soñar, trabajar y crear.
El cuarto del bebé se concibió pensando en cada etapa de su vida, sin importar el género, con la flexibilidad y el cariño que cada familia merece.
Además, la clienta quiso una cocina en color azul, un toque único que refleja su personalidad y aporta carácter a la residencia.

Con un terreno de 200 m² y una construcción de 364.23 m², esta residencia se convirtió en algo más que un proyecto:
es un hogar lleno de momentos, planes y sueños por venir.